Díptico, acuarela sobre papel
A pesar del estilo que puede recordar al antiguo Egipto, os puedo asegurar que el suceso ocurrió realmente. D andaba con el agua por los tobillos cuando un pulpo hermoso y rojo se postró a sus pies entregando su vida. Quizás D fue cruel propinándole un"drive" que lo hizo saltar del agua pero por el regocijo de C, J y I, valió la pena. Hoy se lo van a comer a la "formentereña"